La imprenta en España
La imprenta llegó con retraso a España en comparación con el resto de Europa por la situación geográfica de la península y por la escasa presencia de universidades. La primera imprenta se instaló en Segovia en 1472 a instancias de Juan Arias Dávila que era obispo de Segovia. Para proporcionar obras impresas a los alumnos del Estudio General de Segovia hizo trasladar a la ciudad al impresor Juan Párix procedente de Alemania. Esto se produjo diecisiete años después del primer impreso de Gutenberg.
La imprenta llegó con retraso a España en comparación con el resto de Europa por la situación geográfica de la península y por la escasa presencia de universidades. La primera imprenta se instaló en Segovia en 1472 a instancias de Juan Arias Dávila que era obispo de Segovia. Para proporcionar obras impresas a los alumnos del Estudio General de Segovia hizo trasladar a la ciudad al impresor Juan Párix procedente de Alemania. Esto se produjo diecisiete años después del primer impreso de Gutenberg.
La imprenta se fue instalando por el resto de España. Siguiendo el camino iniciado por la imprenta de Segovia , se fueron instalando otras en diferentes ciudades como Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza, León o Salamanca desde donde se imprimiran las primeras Relaciones y diarios españoles.
El Sinodal de Aguilafuente
Se considera el primer libro impreso en España, en el año 1472. Contiene las actas y documentos complementarios del sínodo diocesano que tuvo lugar en el pueblo de Aguilafuente (Segovia) en Junio de ese mismo año sobre asuntos muy diversos, encaminados a la reforma del clero.
El único ejemplar que se conserva se halla en el archivo catedralicio de Segovia y fue descubierto en 1930.
El Sinodal de Aguilafuente
Se considera el primer libro impreso en España, en el año 1472. Contiene las actas y documentos complementarios del sínodo diocesano que tuvo lugar en el pueblo de Aguilafuente (Segovia) en Junio de ese mismo año sobre asuntos muy diversos, encaminados a la reforma del clero.
El único ejemplar que se conserva se halla en el archivo catedralicio de Segovia y fue descubierto en 1930.